El jueves 28 de noviembre, se proyecta en la Casa Municipal de Cultura, "El sur", en sesiones de 6 y 8:30 de la tarde

    El próximo jueves, 28 de noviembre, proyectamos en la Casa Municipal de Cultura, dentro de la sección Reencuentros de la programación "Cine con Otros Ojos", "El sur", de Víctor Erice, en sesiones de 6 y 8:30 de la tarde, con la localidad a 3´50 euros.

SINOPSIS DE LA PELICULA:

 "La Gaviota" es un caserón situado en las afueras de una ciudad del norte de España. En ella viven Agustín, médico y zahorí, su mujer, maestra represaliada por el franquismo, y su hija Estrella. La niña, desde su infancia, sospecha que su padre oculta un secreto.

 COMENTARIO:

La historia inacabada

 ¡Ring, ring...! ¡Ring, ring...! Tiene 85 mensajes de whats´up no leídos. ¡Vamos! ¡Date prisa! ¡¡¡Que no llegamos!!! ¡Arranca, ya está verde! ¡¡piii piiii!!    ¡Uf!...                     

Y así un día y otro y otro más... Nuestro cerebro y nuestro cuerpo están saturados de tanta prisa, agobio y desazón. El ruido y la ansiedad forman parte de nuestro plan de vida diario y parece que no hacemos mucho por remediarlo.                                                                                 

Por eso les propongo que, durante los próximos noventa y cuatro minutos, nos sumerjamos todos juntos en el universo particular que Víctor Erice creó para su película El sur (1983). Muchos de ustedes quizá la recuerden bien: es una de las obras maestras del cine español, pero también sirve como bálsamo para la ajetreada vida que algunos llevamos en este 2019.               

En El sur la vida transcurre serena, tranquila y despacio. Los amaneceres empiezan y terminan y los despertares de la gente son amables. Los ojos se abren lentamente y los oídos se acostumbran poco a poco a los ladridos de un perro. La luz es tenue y natural, templada diría yo. Los tiempos son pausados y las voces son cálidas, de verdad. La gente se escribe cartas para comunicarse, con letra de caligrafía, y se hablan bajito, con respeto. Los alimentos se saborean y el frío les sonroja las mejillas con delicadeza.

Además de todo esto dirán ustedes que también tiene mucha  historia, y así es. Está basada en la novela homónima de Adelaida García Morales, que recomiendo leer una vez vista la película. Su argumento embaucó de tal manera a Erice que le mantuvo durante varios años reflexionando sobre la transformación de la narración a la gran pantalla. Con estos tiempos tan profundos y duraderos de maduración cinematográfica, entenderán ustedes que estamos ante un director muy poco prolífico en films. Sin embargo, todos ellos son de una calidad excepcional, destacando El espíritu de la colmena (1973), El sur (1983) y El sol del membrillo (1992).

Rodada entre Ezcaray y Logroño, El sur es una película inacabada. Su director ha contado en alguna ocasión que, cuando llevaban cuarenta y ocho días de rodaje, la producción del film le obligó a interrumpir el proyecto y, tras la imposibilidad de continuar, la película fue finalmente montada sin terminar. Quedaba una gran parte del guion por rodar en Andalucía, más concretamente en Carmona, que aclaraba el desenlace final de toda la historia y que contaba con actores de la talla de Fernando Fernán Gómez. A pesar de esto, El sur es arte cinematográfico en estado puro.  Se aprecia en ella, de principio a fin, el estilo tan propio y delicado de su director, que impregna de una especial personalidad a toda la obra. Aunque se le ha comparado con directores como Nicholas Ray, Yasujiro Ozu o Carl Theodor Dreyer, yo personalmente defiendo su cine como un sello absolutamente original. Su lenguaje visual nos invita a reflexionar a través de la emoción, algo que se echa mucho de menos en el cine actual. Sus composiciones escénicas son próximas y cercanas. Técnicamente es elegante y cuidadoso, recordando en muchos aspectos al cine mudo. Sus planos-secuencia y sus travelling se estudian en las escuelas de comunicación, y su relación con el arte más plástico hace que los espectadores a quienes les guste la pintura adivinen los colores de Veermer en muchos de sus encuadres. 

Disfruten en su butaca del mejor cine español. Empápense de su franqueza y de su dignidad. Estoy segura de que, después de verla, se quedarán con ganas de saber qué paso en el sur. Pero eso... Eso es otra historia.